Conservación de las aves en Haití: la tenacidad de un joven investigador para evaluar la importancia de los bosques protegidos

En el Caribe, Haití ocupa un lugar especial en términos de conservación de la biodiversidad aviar. La isla de La Española, de la que Haití ocupa la parte occidental, es una de las mayores del Caribe y alberga varias especies de aves endémicas. Su situación geográfica también la convierte en una importante encrucijada migratoria y lugar de invernada para muchas especies de aves. Se han registrado más de 300 especies en la isla. Sin embargo, Haití es también uno de los países más afectados por la deforestación. Aunque la cubierta forestal actual oscila entre el 20% y el 30% del territorio, se calcula que el país ha perdido más del 99% de sus bosques primarios. Combinado con otras amenazas, como el cambio climático y la fragmentación del hábitat, este factor podría tener consecuencias negativas de gran alcance para la conservación de las aves.

A pesar de esta situación crítica, se han realizado pocos estudios para evaluar el estado actual de conservación de la avifauna de Haití. Las condiciones sobre el terreno son especialmente difíciles, debido al complicado acceso a las zonas naturales y a los peligros para la transportación en el contexto de la creciente violencia que afecta al país. Además, los recursos financieros y los conocimientos científicos locales en el campo de la biodiversidad y de la conservación siguen siendo escasos. Para colmar esta laguna, la ONG Caribaea Initiative financia la capacitación la investigación de varios estudiantes y jóvenes investigadores de Haití. Jean-Marry Exantus, que está terminando su doctorado, acaba de publicar un segundo estudio dedicado a las aves de su país.

Mula utilizada para el transporte

Realizado sobre el terreno de 2019 a 2022, el objetivo del estudio era estimar la riqueza y diversidad de especies de aves en el Parque Nacional La Visite, una zona oficialmente declarada como protegida en el sur de Puerto Príncipe que comprende unas 3.000 ha de bosque. Para Jean-Marry, el primer reto fue llegar a la zona por estrechas carreteras de montaña en moto, sustituidas por el transporte en mula en las zonas montañosas. Se tardaron no menos de 6 horas en recorrer unos 55 km. En el lugar, las aves se registraron mediante observación directa con prismáticos, así como con redes de niebla y cámaras trampa. Desafortunadamente, estas últimas se utilizaron menos de lo planificado, debido a los intentos de vandalismo e incluso al robo de una de las cámaras, que puede explicarse por el miedo de la población local a ser reconocida en vídeo cuando tala ilegalmente el bosque para la agricultura.

A pesar de estas dificultades, los esfuerzos de Jean-Marry sobre el terreno arrojaron datos sustanciales, con no menos de 42 especies de aves diferentes observadas, pertenecientes a 26 familias distintas. Algunas de estas especies son de especial interés para la conservación. Es el caso, por ejemplo, del piquituerto de La Española (Loxia megaplaga), especie endémica de la isla que antaño abundaba en la región, pero que ahora está en peligro de extinción. El drástico declive de los pinos criollos debido a la deforestación podría explicar la actual rareza del animal y hacer temer una extinción local si continúa la deforestación. También clasificado en peligro por la UICN, el petrel antillano (Pterodroma hasitata) ha sido observado en numerosas ocasiones.

Jean-Marry instala una red

Aunque el estudio muestra que los bosques protegidos de Haití siguen representando una zona de gran importancia para la biodiversidad aviar del país, también pone de relieve cambios en la abundancia de ciertas especies. La comparación de los resultados con los de un estudio anterior realizado hace quince años pone de manifiesto una disminución de las aves de régimen insectívoro o especialmente dependientes del hábitat forestal, lo que subraya el impacto de la deforestación en curso sobre algunas de las especies más sensibles. El declive es especialmente evidente en determinadas especies. Por ejemplo, los grupos del aratinga de La Española (Psittacara chloropterus), un ave parecida al loro y clasificada como vulnerable, sólo se han observado en pequeños grupos, de apenas más de una docena de individuos como máximo, mientras que hace 40 años los grupos contaban con varias docenas de conuros. Como nota más positiva, algunas especies como la reinita coliverde (Microligea palustris), endémica de la isla, y el semillero prieto (Melopyrrha violacea), resultaron ser relativamente abundantes en el Parque Natural.

 

Piquituerto de La Española (Loxia megaplaga) © Rafy Rodriguez

 

Por último, el estudio señala que, a pesar de la protección oficial de ciertas zonas como el Parque Natural aquí estudiado, la situación actual de pobreza, el acceso limitado a la educación y la falta de conciencia conservacionista llevan a muchos habitantes a eludir las prohibiciones. El desbroce de tierras mediante el fuego es una práctica habitual, lo que aumenta el terreno disponible para la agricultura. Los autores hacen un llamado a los organismos internacionales de financiación sobre la necesidad de proporcionar recursos financieros que permitan la aplicación de programas adaptados al contexto, en particular mediante el empleo de la población local para la reforestación, el desarrollo de la educación y el aumento de los conocimientos científicos y técnicos sobre el terreno.

 

Referencia

Exantus, J.-M. & Cézilly, F. (2023). Composition of avian assemblage in a protected forested area in Haiti: Evidence for recent decline of both forest-dependent and insectivore species. Global Ecology and Conservation 46: e02607.

 

Sobre el autor

Jean-Marry Exantus, titular de un máster y un título de Agrónomo especializado en recursos naturales y medio ambiente, comenzó su doctorado en 2018 en la Universidad de las Antillas (Guadalupe). Bajo la supervisión de Frank Cézilly (Université de Bourgogne) y Etienne Bezault (Université des Antilles), actualmente trabaja en la biología de las poblaciones de aves endémicas en Haití. Su investigación está financiada por Caribaea Initiative.