En las Antillas francesas, como en otros lugares, la caza es una actividad muy extendida que provoca un exceso de mortalidad en las poblaciones de especies cinegéticas, lo que justifica la aplicación de medidas de gestión (cuotas, temporada de caza, etc.) destinadas a mantener tanto la actividad cinegética como la viabilidad de las poblaciones de aves afectadas. En Guadalupe y Martinica, sin embargo, la gestión de la caza se complica debido a la falta de conocimientos sobre la ecología y la dinámica poblacional de las especies de aves de interés cinegético y patrimonial, lo que da lugar a conflictos recurrentes entre los cazadores y las asociaciones de protección de la naturaleza. Estos conflictos se resuelven a veces en los tribunales, en particular suspendiendo la caza de determinadas especies. Sin embargo, ambas partes son unánimes: existe una necesidad real de adquirir los conocimientos necesarios para una gestión sustentable de las especies cinegéticas.
En este contexto, un proyecto iniciado este año pretende establecer un programa de estudio y seguimiento de varias especies de aves de interés cinegético en Guadalupe. Este proyecto es el resultado de una colaboración con la Fédération des Chasseurs de Guadeloupe (Federación de Cazadores de Guadalupe), la DEAL y la Office Français de la Biodiversité (Oficina Francesa de la Biodiversidad). Un proyecto de este tipo requiere a la vez una pericia en biología de la conservación, un buen conocimiento de las especies caribeñas, pero sobre todo una imparcialidad y una objetividad científica sobre el tema. Por ello, se eligió a la asociación Caribaea Initiative para dirigir este proyecto.
Varias organizaciones e instituciones muy interesadas en el tema (asociaciones especializadas en ornitología, federaciones de cazadores, parques naturales, etc.) aceptaron dar su opinión sobre las especies que debían estudiarse prioritariamente. Las especies seleccionadas son la Paloma isleña (Patagioenas squamosa), la Paloma coronita (Patagioenas leucocephala), la Paloma perdiz común (Geotrygon montana), la Paloma perdiz de Martinica (Geotrygon mystacea), la Paloma de alas blancas (Zenaida asiatica), la Zenaida caribeña (Zenaida aurita), el Cuitlacoche oscuro (Allenia fusca) y el Cuitlacoche chucho (Margarops fuscatus).
Actualmente se está realizando una síntesis de la bibliografía. Dicha síntesis permitirá evaluar el estado de conservación de estas especies, basándose en la bibliografía ya disponible. El resto del proyecto se desarrollará sobre el terreno, con la utilización de distintos métodos, como trampas fotográficas y grabadoras acústicas que permitan identificar las distintas especies de aves presentes en un lugar determinado a partir de fotos y de sus cantos.
Los datos recogidos se utilizarán para estimar rigurosamente los tamaños poblacionales de las diferentes especies a escala local y regional, teniendo en cuenta sus fluctuaciones estacionales e interanuales, y para caracterizar la distribución espacial de cada especie. Un conocimiento más profundo de la ecología de las especies es importante para conocer los períodos de reproducción. Los resultados tendrán doble aplicación: evaluar el estado de conservación de las especies y juzgar la pertinencia del concepto de estación reproductora para cada especie. Estos dos parámetros son muy importantes para la aplicación de una gestión adaptada de su caza.
Para la realización del proyecto, Christopher Cambrone, titular de un doctorado sobre dos de las especies focales y especialista en los métodos de seguimiento de la avifauna, se encargará de la coordinación. Contará con el apoyo de un asistente técnico a partir de mayo. Un estudiante de máster también participará en el proyecto como parte de sus prácticas. El proyecto, ya iniciado en Guadalupe, debería aplicarse también en Martinica este año, a petición de la Fédération Départementale des Chasseurs de Martinique (Federación Departamental de Cazadores de Martinica).